ROMANCEROS EN EL OLVIDO

Hoy los quiero sacar del olvido y ponerlos en el recuerdo de los que los conocieron, (que ya serán pocos), y darlos a conocer a los que no lo vivieron, (que serán la mayoría).

Por HUÉNEJA también pasaron y dejaron huella.

Yo recuerdo que a mediados de los años 50 del siglo pasado
y siendo un chaval muy joven pude ver a los últimos romancerosque visitaron nuestro pueblo.

En mi calle se colocaban en el cruce de la calle ancha y ponían el soporte y el mural con el
romance  en la puerta de “frasco el solapa,” que era “el recovero” en ese momento.

El recovero se encargaba de comprar a los vecinosdel pueblo los huevos de gallinas

y llevarlos a Granada para venderlosy traía los encargos que la gente le hacía de cosas

que no se podían comprar en el pueblo, en las tiendas había poco donde elegir.
Todos los vecinos acudíamos entre curiosos y sorprendidos a escucharlos romances y las

novedades que traían. Ya eran llamativos por sus vestimentas y atuendos, ropas que no

eran habituales entre los vecinosy menos para las labores del campo. Igual que en este punto

ya referido, se colocaban en otros y recorrían todo el pueblo dando a conocer la noticia o
noticias en forma de romance.   

Hace muchos años llegaban a los pueblos personas que con sus

paneles enrollados traían unos sucesos impactantes que mostraban

recitando y cantando lo que los diferentes cuadrantes del panel

mostraban sobre el hecho en sí, que querían comunicar. Con su

varilla como puntero recitaban los diferentes romances que traían
y que impactaban a niños y mayores.

Este hecho de la presencia de los romanceros se produjo desde el

sigloXV y a lo largo de todo el sigloXVI, XVII, XVIII y XIX, pero

dejó de producirse en la segunda mitad del siglo XX, sobretodo

con la aparición de  noticieros, el más conocido y popular fue:

“EL CASO”, con el que llegaban a los pueblos esas noticias

que en muchas ocasiones suplían a los romanceros o trovadores

que perdieron interés en los pueblos, pues cuando llegaban los

romanceros la noticia ya era conocida y las dádivas que recibían

los romanceros eran menores. 

Es posible que como yo era pequeño tenga la imagen de que el

pergamino o cartelón era muy grande, pero que en realidad no

lo fuese tanto.

Generalmente lo traían enrollado y lo colgaban en un soporte para hacer más
fácil la visión por parte de los vecinos que acudían a presenciar y escuchar el
recitar del romance o romances que  iban a exponer recitando y cantando.

La exposición empezaba generalmente dando la localización del

suceso, “en un pueblo de la provincia de” “en el pueblo de, de la

provincia de”, “en la ciudad de…, de la provincia de….”, para

continuar dando la explicación de lo que aparecía en los diferentes
dibujos que muchas veces eran auténticas obras de arte.

Solían acompañarse de algún instrumento musical que hacía más
atractivo lo expuesto. La unión de la musiquilla y el tono dado
por el romancero formaban un conjunto muy interesante que unido
al contenido lo hacía un hecho a transmitir a todo aquel que no
había asistido de forma presencial

Muchos romanceros ya traían el texto del romance escrito,
(“impreso en papel”), y cuando la gente se aproximaba para dar
una aportación les daban una copia. Había algunos que al terminar
decían, “el que quiera una copia vale 1 peseta, cincuenta céntimos
o el precio por el que vendía la copia.

 Muchas personas dedicaban el tiempo necesario para aprendérselo
de memoria y así poder pasarlo a otros. Había quien aprovechaba
para poner algo de su cosecha cuando lo transmitía y según la parte
o partes que le habían impactado.

En  muchas ocasiones ante la presencia del romancero se producían aglomeraciones de gente mostrando gran interés por lo que compartía y cuando se marchaba era motivo de numerosos comentarios con las consiguientes dudas sobre la veracidad o no de lo que el romancero decía.
Durante el siglo XVIII y XIX y cuando el tiempo de invierno empezaba a dar paso a un clima menos extremo era normal la llegada a los pueblos de los romanceros que traían las noticias sobre crímenes atroces, sucesos impactantes y cosas casi increíbles que para el romancero era un medio de supervivencia, obteniendo unos ingresos que ayudaban al sostenimiento de su prole.

En las zonas poco pobladas, anejos o cortijadas era un auténtico

acontecimiento, así como motivo de reunión, tertulia e incluso

jolgorio vecinal.

Hace bastantes años, cuando venían los romanceros conseguí recoger algunos de esos romances. Y como dice el refrán  que:“EL QUE GUARDA HALLA…”

Estos pueden ser un ejemplo de lo que acabo de exponer.

Los transcribo tal cual están en las hojas encontradas.

ROMANCE: LA CASADA

De este no puedo recuperar el inicio ya que el papel por humedad
y manchas está muy deteriorado, pero sí lo que sigue.

Ya venimos de la guerra de África

porque todo es cosa de pasión,

y ahora vengo a casarme contigo

porque todo lo trae el amor.

Al marcharme Rosita Encarnada

me juraste que tú me esperabas

y ahora vengo a casarme contigo 

y me encuentro que ya estás casada.

Casada casadita estoy,

por la ley me he casado.

Me he casado en la flor de mi vida 

con un hombre que yo nunca amé,

dame un beso Rosita Encarnada,

dame un beso Rosita de amor

que en tu pecho ha tocado otro hombre,

que tus labios besar quiero yo.

Ese beso que tú a mí me pides

ahora y nunca te lo podré dar,

que ese beso se lo di a otro hombre 

con el que hoy me encuentro casá.

Ese beso que yo a ti te pido

ahora y siempre tu me lo has de dar,

y si no con mi mano derecha

en tu pecho clavaré un puñal.

Si tu tienes puñal de dos filos

que mi pecho pueda atravesar,

matarás a esa hermosa criatura

que dentro de mi cuerpo está.

Yo no mato a esa hermosa criatura 

que en el mundo rigiera inocente,

pero el día que ella venga al mundo

a ti sola te daré la muerte.

A los tres días tuvo una niña 

más hermosa que la luz del sol,

y de nombre le pusieron Rosa,

Rosa como su madre mandó.

A los siete días salió a misa 

y en la plaza se lo encontró,

buenos días Rosita Encarnada 

ahora vengo a lograr mi intención.

¡No me mates!,¡ por Dios no me mates!,

no me mates y ten compasión,

que ese beso que tú a mí me pides 

ahora y siempre te lo daré yo.

Ya no quiero besos de tus labios

lo que quiero es lograr mi intención.

Ha sacado el puñal de dos filos 

y en su pecho se lo atravesó.

Si mi amado marido supiera 

que la muerte tu me ibas a dar,

conducido a la cárcel fueras 

con la guardia civil por detrás.

A los pocos momentos del crimen 

su amado marido llegó.

¡Dime!, ¡dime Rosita Encarnada!,

¡dime!, ¡dime! ¿quién te asesinó?.

Me ha asesinado aquel hombre

que al marcharme le juré mi amor,

y al venir y encontrarme casada

a intentado lograr su intención.

Todos juntos llorareis el delito

que yo he cometido,

por haberle faltado a este hombre,

por haberme casado contigo.

Esta carta yo dejo escrita

para las chicas que queden sorteras,

que no echen amor en olvido 

y se casen con el que ellas quieran.

ROMANCE “LA NIÑA DEL JARDÍN”

ORIHUELA

En la provincia de Murcia,

una niña había,

De edad de catorce años

regando su jardín.

Pasó un caballero

le pidió una flor,

la niña enfadada 

le contestó:

las flores de mi jardín 

no son para caballeros,

que son para mi pecho

y para mi pelo.

Adiós Oriolana,

lo tienes que pagar,

el día que te encuentre

te tengo que matar.

Como me ves tan guapa 

sola en mi jardín,

no tengo padre ni madre

y abusas de mí.

¿Quién ha intentado

abusar de ti?,

tan solo te he pedido 

la flor de tu jardín.

A los tres días siguientes

se la encontró,

la cogió de la mano

y se la llevó.

Toma caballero

la flor de mis manos

y déjame que vaya

con mis tres hermanos.

No quiero flor de tus manos

ni tampoco a ti,

como te dije aquel día

tenías que morir.

La encerró en un cuarto

y la desnudó

y en el lado derecho

tres puñalás le dio.

La viste toda de blanco,

toda cubierta de flores

y en cada mano una rosa 

de siete colores

y en cada mano una rosa 

de siete colores.

En su pecho lleva 

un ramo de azar

con un letrero que dice:

¡matar al criminal!

con un letrero que dice

¡matar al criminal!.

ROMANCE:  ADIÓS MADRE MÍA

En este también me falta el principio.

Yo no sé cómo escribirle a la pobre madre mía

dándole el último adiós,

 un adiós de despedida.

Me encuentro en muy mal estado

y yo no puedo escribirle,

(aquí me falta un trozo de papel con algo escrito).

Y una enfermera acudió a aquel soldadito.

Se acerca a la cama con una pluma y un papelito,

dime lo que te pongo, dímelo prontito,

todo lo que me digas eso le escribo.

Ponle: 

Madre mía que rato te espera de aquí a unos días,

cuando esta leas.

La muerte al instante me quiere llevar, 

me encuentro muy grave en el hospital.

En el último combate que tuvimos con los moros,

al lado del capitán luchábamos como lobos,

pero una bala traidora me hizo tan grande herida 

que me ha causado la muerte,

quédate con Dios madre mía.

Que cuando esta abras ya estará tu hijo sin vida,

por eso madre mía, tened victoria que en la batalla

calló tu hijo lleno de gloria.

Dile a mis hermanitas que cuiden de ti,

por Dios se lo pido lo hagan así

porque es cosa triste que un hijo adorado,

no sepa su madre donde está enterrado.

Quiero que me digas con fidelidad

donde está el ensueño de la eternidad.

Cuando la madre recibe la carta de su hijo amado

Delante de un crucifijo la madre estaba llorando.

Hijo del alma, anoche soñé que te habías muerto

y ahora tengo carta otra vez,

quiera Dios que la guerra pronto se acabe

y que venga mi hijo a ver a su madre.

Dios mío ¿que es esto?, la letra me extraña,

¡no es la de mi hijo! ,no es suya esta carta.

Cayó al suelo desmayada sin saber que hacer,

Coge la carta otra vez y con lágrimas la baña, 

ya no te vuelvo a ver más,

adiós hijito de mis entrañas.

ROMANCE DEL CONDE OLINOS

De este romance tengo que decir que me lo pasaron

durante la recogida de canciones populares pero que

no estaba completo, no lo sabían  o conocían solo trozos

y el que pongo es el clásico romance castellano conocido

cómo ROMANCE DEL CONDE OLINOS.

Madrugaba el conde Olinos,

mañanita de San Juan,

a dar agua a su caballo,

a las orillas del mar,

mientras el caballo bebe,

canta un hermoso cantar,

las aves que iban volando,

se paraban a escuchar.

Bebe mi caballo bebe,

dios te le libre de mal,

de los vientos de la tierra

y de las furias del mar.

La reina lo estaba oyendo,

desde su palacio real,

mira hija como canta

la sirena de la mar.

No es la sirenita madre

que esa tiene otro cantar,

es la voz del Conde Olinos

que me canta a mi un cantar.

Si es la voz del Conde Olinos,

yo le mandare matar,

que para casar contigo

le falta la sangre real.

No le mande matar madre,

no le mande usted matar,

que si mata al Conde Olinos

a mi la muerte me da.

Guardias mandaba la reina,

al Conde Olinos buscar,

que le maten a lanzadas

y echen su cuerpo a la mar.

la infantina con gran pena

no dejaba de llorar,

el murió a la media noche

y ella a los gallos cantar.

A ella como hija de reyes

la entierran en el altar,

y a él como hijo de condes

cuatro pasos más atrás.

De ella nació un rosal blanco,

de el nació espino de mar,

crece el uno crece el otro,

los dos se van a juntar.

La reina llena de envidia,

ambos los mando cortar,

el galán que los cortaba

no dejaba de llorar.

De ella naciera una garza,

de el un fuerte gavilán,

juntos vuelan por el cielo,

juntos se van a posar.

ROMANCE: LA NIÑA DEL PAÑO.

Con este cierro esta aportación que tiene un mucho de nostalgia

y de recuerdos. Si alguien de los que veis esta aportación tenéis

alguno de los que dieron o vendieron y queréis compartirlo,

será bienvenido el romance y por supuesto vuestras opiniones.

Niña si tu fueras mía,

por tiempecito de un año,

te calzara, te vistiera

y te compraría un paño.

Caballero soy muy joven

se me conocen los años,

por donde quiera que fuera 

me dirían la niña del paño.

Caballero si usted quiere 

de mi hermosura gozar,

todo cuanto yo le pida 

me lo tiene usted que dar.

Lo primero es una casa

que valga dos mil doblones,

que caiga a la calle nueva

con ventanas y balcones.

Una buena cama de hierro 

y una colcha carmesí,

y las sábanas de blonda 

porque así me gustan a mí.

Las cortinas de mi alcoba

han de estar bordadas en oro

y los techos plateados

para darme gusto en todo.

Desde mi casa a la iglesia

tiene que haber una parra

para cuando vaya a misa 

no me de el sol en la cara.

Desde mi casa a la iglesia

tiene que haber una fuente,

con cuatro caños de agua 

y otros cuatro de aguardiente,

y un coche con cuatro mulas 

yo también lo necesito

porque estoy un poco gruesa 

y no puedo dar pasitos.

Quédate con Dios señora, 

que a la tarde volveré,

que tu pides muchas cosas

si encuentras quien te las dé.

Vaya con Dios mi galán, 

vaya con Dios mi galero,

lo que quiero son dineros,

tu hermosura no la quiero.